26 julho, 2017

Foto: Ronaldo Schemidt, AFP

Según fuentes diplomáticas que estuvieron en la Cumbre Presidencial de Mercosur en Mendoza (Argentina) pasada semana, la cancillería brasileña intenta convocar reunión de urgencia para que el Canciller venezolano, Samuel Moncada, concurriera a Brasília a responder las cuestiones del Mercosur ante la crisis que atraviesa Venezuela y que se profundizó en los últimos meses. Sin embargo, el servicio exterior brasileño aún no ha recibido respuestas de Caracas.
Brasil, que presidirá el bloque temporalmente por los próximos seis meses, aún pretende convocar una reunión de urgencia antes de que se realice en Venezuela la elección de representantes constituyentes prevista para el 30 de julio.
Al cierre de la Cumbre de Jefes de Estado, el Mercosur dio a conocer una declaración en la que exhortó al Gobierno Venezolano y a la oposición a “no llevar a cabo ninguna iniciativa” que signifique una profundización de la crisis social, humanitaria y política que se vive en aquel país.
Sin una mención explícita, el pronunciamiento es una señal clara de rechazo a las elecciones del 30 de julio, con la que se pretende conformar una Asamblea Nacional Constituyente que reformaría la Carta Magna del país.
El bloque que integran la Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, con el apoyo de Chile, Colombia, México y Guyana, reiteró su “profunda preocupación por el agravamiento de la crisis” en Venezuela e hizo “un urgente llamado al cese de toda violencia y la liberación de todos los detenidos por razones políticas”.
La declaración final sobre Venezuela tuvo un tono menos enérgico que el que pretendía el Gobierno de Macri. En la víspera del encuentro de los Presidentes, el Canciller argentino Jorge Faurie sostuvo que en el caso de que el Gobierno Maduro celebrara un acto electoral a fin de mes, el Mercosur procedería a la expulsión de Venezuela. Sin embargo, el consenso logrado fue menos fuerte. “[no habiendo dialogo entre Maduro y la oposición], están claros los pasos que debemos seguir, sin necesidad de emitir un ultimatum de ninguna índole”, dijo el diplomático argentino sobre un eventual progreso de la expulsión venezolana.
El Presidente uruguayo Tabaré Vázquez fue clave para sacar el comunicado suave y que le permitiera no comprarse disputa con los partidos que integran su base de gobierno (algunos alineados ideológicamente al Chavismo). Por no fijar una posición fuerte, Perú se bajó de la firma del documento.
Ante el riesgo de no encontrar consenso y, por tanto, la posibilidad de no emitir una posición, Mauricio Macri y su par brasileño, Michel Temer, debieron conceder mucho más de lo que deseaban. Horas antes de verse con sus pares, ambos mandatarios especulaban con una expulsión directa de Venezuela. El documento difundido se asemeja más bien a la posición que traía Paraguay.

Oposicón anuncia 48 horas de paro: la crisis continúa
Las oposiciones venezolanas anunciaron el sábado una huelga de dos días contra el Presidente Nicolás Maduro, tras violentos disturbios durante una marcha en respaldo de los magistrados designados por el Parlamento al nombrar una Corte Suprema paralela.

La oposición venezolana había aprobado el último viernes las designaciones de nuevos magistrados, semanas después de que la fiscal general, Luisa Ortega, impugnara sin éxito los nombramientos de 33 jueces que ahora ocupan los sillones del Supremo por presuntas irregularidades en su proceso de elección.
Estamos convocando a todo el pueblo, a todos los sectores, trabajadores, estudiantes, empresarios, comerciantes, campesinos, productores, a 48 horas de paro cívico, el miércoles y el jueves próximos”, dijo en rueda de prensa el diputado Simón Calzadilla, a nombre de la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD). La agenda de la MUD se informó al cierre de un día marcado por choques entre militares y manifestantes en una marcha en Caracas que pretendía llegar al Tribunal Supremo de Justicia. Militares bloquearon con gases lacrimógenos la movilización, que derivó en disturbios y trancas de vías con barricadas de basura que se mantenían en horas de la noche.
Además, la oposición marchará el viernes en su ofensiva final para tratar de frenar la Asamblea Constituyente que impulsa Maduro, cuyos 545 integrantes serán presuntamente elegidos el domingo 30 de julio.
Sin embargo, el Presidente Maduro dijo este domingo que los 33 magistrados nombrados por el Parlamento irán presos “uno por uno” y se les congelarán sus bienes y sus cuentas bancarias. Uno de estos juristas, Ángel Zerpa, fue detenido por agentes del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin).
El TSJ paralelo forma parte de la estrategia opositora para forzar a Maduro a retroceder en su llamado a Constituyente. Pero Maduro ratificó este sábado que la Constituyente se hará. “Se va a ser implacable si pretenden generar un proceso de violencia para intentar impedir lo imposible de impedir”, advirtió el presidente en una entrevista en la televisora estatal VTV.
Sus adversarios tampoco ceden. “Con mucha firmeza, este pueblo va a evitar el fraude constituyente”, aseveró Calzadilla.

Visión de Quorum Consultoría

Al contrario de lo que piensa parte de los analistas basados fuera de Venezuela, el ambiente político en el país caribeño es de intensificación de la crisis con mayor aislamiento del Presidente Maduro dentro de la cúpula del Chavismo. Por eso, las dos próximas semanas (y la presunta elección de representantes constituyentes el próximo domingo) serán cruciales para Maduro.
Internamente, se sabe que la propuesta de Maduro cuanto a la formación de Asamblea Constituyente hacía parte de estrategia de negociación del Presidente ante las fuerzas de oposición. Sin embargo, el carácter radical y de sorpresa de la medida provocó fuerte reacción no solamente en las oposiciones, sino también en importantes liderazgos del Chavismo. En la cúpula del poder de Caracas, se ha dejado claro que el fracaso de la Asamblea Constituyente puede costar caro a Maduro y a su búsqueda en mantenerse en la Presidencia. Sectores influyentes del Chavismo están dispuestos a encontrar solución interna ante a la posible incapacidad de Maduro en estabilizar la crisis.
Hay fuerte división en las Fuerzas Armadas cuanto a la viabilidad del proyecto de poder de Maduro. Las criticas son aún más fuertes en los sectores militares de más bajo rango (que no participan con gran intensidad de las ventajas políticas o de las ganancias derivadas de actividades extralegales notablemente practicadas en el ambito de los oficiales). En este proceso de aislamiento, el Presidente busca la protección y el apoyo de la Guardia Nacional (que aún le es fiel) y de algunos colectivos paramilitares.
Con la manutención de la tensión en las calles y la convocatoria de huelga general de la oposición, hay fuerte expectativa de intensificación de la violencia ya a lo largo de este miércoles (lo que puede afectar los preparativos de las elecciones el próximo domingo). Así que la viabilidad de la estrategia de Maduro sigue siendo observada no solamente por las oposiciones, sino también desde dentro del Chavismo. Por eso, las dos próximas semanas serán cruciales para el Presidente.

Cuanto a la capacidad de Mercosur en intermediar cualquier proceso de negociación entre oposiciones y el Gobierno venezolano, es necesario decir que tal posibilidad se encuentra fuertemente comprometida por la división entre sus Estados miembros y por el hiato de liderazgo en la región. La propuesta brasileña de invitación del Canciller venezolano para consultas carece de sustancia política y mismo de reconocimiento del papel de líder que Brasil podría ejercer. 
La estratégia errática brasileña ante Venezuela y la histórica dificultad de Brasília en aceptar la condición de líder regional cerraron ventana de oportunidad que podría haber hecho de Brasil un actor con legitimidad para establecer diálogo entre el Gobierno venezolano y las oposiciones locales. Sin embargo, la intensificación de las tensiones en el país caribeño es potencial deflagradora de crisis de difícil solución para la región de frontera del estado brasileño de Roraima (gracias al fenómeno de la inmigración desde Venezuela, a los brotes de enfermedades aún bajo control en territorio brasileño y al fortalecimiento de nueva ruta para el narcotráfico). La estrategia brasileña ante Venezuela será integrarse a soluciones de concertación regional capaces de minimizar los impactos de la crisis del país vecino en el continente.

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